Cómo elegir un cristal
Intuición, propósito y resonancia energética
Elegir un cristal no es una cuestión de azar ni de simple estética. Detrás de cada piedra hay una frecuencia vibratoria que puede acompañarte en distintos momentos de tu vida. Sin embargo, la clave no está en aprender de memoria sus propiedades, sino en aprender a sentir su energía y reconocer cuál resuena contigo.
En gemoterapia, decimos que no siempre elegimos los cristales, sino que ellos también nos eligen a nosotros. Pero ¿cómo sucede eso en la práctica?
Escucha tu intuición
Antes de buscar información o mirar listas de propiedades, permítete sentir.
Cuando te acerques a un grupo de cristales, observa cuál llama tu atención. Puede ser por su color, su forma o una sensación difícil de explicar.
Tu cuerpo reacciona ante frecuencias que necesita equilibrar; por eso, esa atracción inicial suele ser muy significativa.
Toma unos minutos para respirar profundamente, relaja la mente y observa con calma las piedras frente a ti. Pregúntate:
“¿Qué cristal me transmite calma o me hace sentir energía viva?
Esa primera sensación es la voz de tu intuición.
Define tu propósito
Después de escuchar tu intuición, conecta con lo que estás viviendo.
¿Qué necesitas en este momento de tu vida?
¿Paz interior, confianza, energía, claridad mental, autoestima, protección…?
Cada cristal vibra en una frecuencia concreta y puede ayudarte a sintonizar con la energía que deseas cultivar.
Por ejemplo:
- Fluorita arcoiris: calma mental, descanso y conexión espiritual.
 - Citrino natural: vitalidad, autoestima, abundancia.
 - Cuarzo rosa: amor propio y armonía emocional.
 - Turmalina negra: enraizamiento y protección energética.
 
Cuando el propósito está claro, el cristal adecuado se “revela” con más facilidad.
Observa la resonancia energética
Más allá del aspecto físico o la propiedad asociada, cada cristal tiene su propio campo vibratorio, y al interactuar con tu energía genera una resonancia única.
Puedes sentirlo:
- Al sostenerlo unos segundos en tus manos.
 - Al colocarlo sobre el corazón o el plexo solar y notar cómo responde tu respiración.
 - Al observar si tu cuerpo se relaja o se activa en su presencia.
 
Si sientes expansión, calidez o una sensación de bienestar, probablemente ese cristal está en sintonía contigo. Si notas incomodidad o tensión, puede que no sea el momento de trabajar con él.
Permite que el vínculo se construya
Una vez elegido el cristal, dale tiempo para integrarse en tu energía.
Límpialo, actívalo y llévalo contigo unos días. Observa qué emociones, pensamientos o sensaciones se mueven.
Los cristales no actúan desde la magia, sino desde la coherencia: reflejan lo que estás preparado para mirar y transformar.
Con el tiempo, algunos dejarán de acompañarte y nuevos llegarán a tu vida. Y eso también forma parte del proceso: los cristales evolucionan contigo.
Jasone Sánchez
Formadora de Gemoterapia en Amaris Natural
PD: Todas nuestras gemas han sido elegidas una a una, con mucho cuidado, por Jasone. Puedes descubrirlas en la tienda online de Amaris Natural.