Historia de la Aromaterapia entre el Siglo XIII y el siglo XIX

Se va popularizando el uso de los aceites esenciales, se empiezan a utilizar en una amplia variedad de temáticas debido a sus propiedades aromáticas y terapéuticas.

Los estudios científicos sobre la aromaterapia comenzaron a ganar más reconocimiento, llegando a uno de sus momentos importantes a principios del siglo XX. Aunque el enfoque en la aromaterapia ha alcanzado gran preponderancia en los tiempos más recientes, al haber  algunos estudios tempranos que contribuyeron al entendimiento de sus propiedades terapéuticas, como el del Sr. René-Maurice Gattefossé y la Lavanda, los aceites esenciales han ganado una posición muy alta en la lista de sustancias que terapéuticamente tienen resultados muy efectivos.

En otro apartado de la serie (el 7, encontraréis un listado de personas que han apostado por los aceites esenciales a partir del siglo XII) donde se puede comprobar que entre los siglos XII y XXI ha habido una gran cantidad de personas (seguro que no están todas),  que realizaron pruebas y estudios con aceites esenciales, llegando ya a muchas conclusiones ciertas sobre su uso y eficacia en diferentes situaciones como, relajación, calma, temas emocionales y mentales, activación, problemas en la piel… 

Antes del siglo XX,  la noción moderna de aromaterapia no existía tal como la conocemos hoy en día. Sin embargo, diversas culturas y civilizaciones antiguas han utilizado hierbas aromáticas, aceites y fragancias como tratamientos para la salud, como espirituales y rituales. Aunque estos enfoques no eran idénticos a la práctica actual de la aromaterapia, se sentaron las bases para la comprensión de los beneficios de los aromas y las plantas aromáticas en la salud y el bienestar. 

No se entiende el crecimiento sin recordar a algunas culturas y prácticas antiguas , algunas ya las hemos comentado, en el anterior apartado, pero siempre hay que recordar los orígenes en el uso de aromas:

1. Egipto Antiguo:  Los antiguos egipcios utilizaban aceites esenciales y fragancias en ceremonias religiosas, en la momificación y en la medicina. Los aceites aromáticos eran valiosos y se empleaban en ungüentos y bálsamos para la piel y para rituales religiosos.

2. China Antigua:  La medicina tradicional china ha utilizado aromáticas y plantas con aromáticas en combinación con otras hierbas prácticas terapéuticas para equilibrar la energía del cuerpo y tratar diversas afecciones.

3.India Antigua y el Ayurveda : La medicina ayurvédica, que se originó en la India antigua, utiliza aceites y plantas aromáticas como parte integral de sus tratamientos y masajes. Los aromas se consideran una forma de equilibrar la energía vital.

4. Grecia y Roma Antigua:  Los antiguos griegos y romanos usaban fragancias en baños y rituales religiosos. Hipócrates y otros médicos de la época utilizaban hierbas aromáticas en sus prácticas médicas.

5. Civilizaciones Antiguas de Oriente Medio:  En civilizaciones como la sumeria y la asiria, se utilizaban hierbas y aceites aromáticos en rituales religiosos y en la medicina.

6. Culturas Indígenas: Muchas culturas indígenas de todo el mundo han utilizado hierbas aromáticas y plantas en prácticas de sanación y rituales espirituales.

Si bien estas prácticas antiguas no puede decirse que sea aromaterapia en el sentido moderno, muestra que el uso de aromas y plantas aromáticas para fines terapéuticos y espirituales ha sido parte de la historia y la cultura de diversas civilizaciones desde hace miles de años.

Durante los siglos XIII y XIV,  el seguir utilizando plantas aromáticas, se mantuvo dentro de los monasterios entre los monjes que preparaban, entre otras, soluciones antibacterianas que pretendían combatir las plagas que en la época diezmaban la población. 

Y entonces llegó uno de los momentos complicados en Europa, apareció en el siglo XIV, la gran epidemia de peste negra por toda Europa, por lo que en las calles e iglesias se quemaban hierbas aromáticas para desinfectar el aire y así disimular el terrible olor de los cadáveres que yacían por todas partes y se buscaba en las plantas y sus aceites posibles soluciones.

Por esta situación, los aceites esenciales se volvieron a popularizar en el siglo XIV, efecto positivo para aumentar su popularidad entre la población, pero muy malo  por el por qué  se popularizaron.

Fue   para intentar frenar La Peste Bubónica en Europa durante el siglo XIV.  Se dieron órdenes para prender fuegos por la noche en las calles,  quemando incienso, benjuí y pino , entre otras cosas. Se combatió contra el olor de los cadáveres y las infecciones, con incienso y velas perfumadas, junto con hierbas aromáticas esparcidas por el suelo para ser pisadas, así liberando sus aromas propios en un intento de frenar la infección y enmascarar los olores extremadamente desagradables y malsanos. 

                             
           

Por lo tanto, durante este periodo para combatir La Peste Bubónica se usaron ampliamente los aromáticos, muy a menudo  la gente llevaba ramos de hierbas o plantas aromáticas en la forma de una almohadilla perfumada , incluyendo una naranja, rellena de clavos. Se creía que estas plantas aromáticas eran la mejor protección antiséptica contra La Peste. Es interesante anotar que a causa de su manejo regular del material vegetal aromático,  se pensó y se creía que los boticarios y los perfumistas llegaron a ser inmunes.  La gente luchaba con todas sus fuerzas con lo que tenía y con lo que se conocía en aquella época, delante de tal destrucción y seguro que desesperante la situación dentro de muchas casas.

Durante este periodo, los doctores a menudo llevaban ‘una bolsa para la nariz’, la cual contenía hierbas aromáticas, como canela y clavos, en un intento para filtrar el aire que respiraban, creando un entorno antiséptico, lo cual supuestamente tenía el efecto de proteger a la gente contra La Peste Bubónica.  Mientras caminaba la gente, agitaba un palo largo en frente de su cuerpo, que tenía una tapa calada que contenía hierbas aromáticas, con la esperanza de desinfectar aún más el aire que respiraba. 

El Renacimiento europeo, siglos XV y XVI, es la era creativa para la difusión de los aceites esenciales . Además, los primeros difusores se denominan «pomanders» porque su forma esférica recuerda a una manzana. La difusión era famosa por desinfectar hogares y personas. Y en tiempos de peste, se necesitaban pomanders para frenar la epidemia. La mezcla eficaz contra la peste será revelada por cuatro ladrones.

Una historia cuenta que cuatro ladrones untaron sus cuerpos con un aguardiente especialmente anti infeccioso, compuesto por ocho aceites esenciales. Los cuales eran el ajenjo, salvia, romero con alcanfor, menta, clavo, canela, ajo y lavanda. Luego, iban de casa en casa robando las víctimas de la peste. Tras su arresto, pudieron asegurar su liberación ofreciendo al mundo la receta de su poción.

                                    
                             

Otro dato curioso es que durante el siglo XVI fue el desarrollo del Agua Húngara Real, hecha expresamente para la Reina de Hungría, (también conocida como Agua de Hungría) lo cual, entre otras cosas, contenía flores frescas de romero, salvia, rosa y lavanda, destiladas encima del alcohol.

Desde La Edad Media hasta el siglo XVII,  se llevaban almohadillas perfumadas, sostenido en frente de la nariz, suspendidas de cadenas o fajas, colgadas en habitaciones para alejar los olores malos, refrescar la ropa y hacer que el usuario huela bien. También se creyó que esas hierbas y especias fragantes podían alejar enfermedades infecciosas y proteger el usuario de enfermarse. Era dicho que Elizabeth I llevaba una almohadillada perfumada que contenía rosa de damasco, benjuí y ámbar gris.

Muy importante  la aparición en escena de  Phillipus Therophrastus Bombstus von Hohenheim,  más conocido como Paracelso (1493-1541) que nació en un pequeño pueblo donde hoy en día se situa Suiza.  Médico, astrólogo, cirujano y alquimista,  enfatizaba el uso de plantas y minerales en la medicina . Revolucionó la medicina y sentó las bases de la medicina moderna  y de la medicina alternativa tal como se denomina hoy en día.  Él fue la primera persona en tener éxito en separar la parte gruesa de las plantas de sus componentes mas sutiles, por ejemplo: aisló los agentes químicos activos en las plantas, un proceso que ahora es rutinario en la industria farmacéutica. En 1576, escribió un libro llamado  ‘El Gran Libro de Cirugía’  y aclaró que el papel principal de la alquimia no era convertir los metales básicos en oro sino que lo importante era para que se crearan medicinas curativas de extractos de plantas específicas, lo cual él nombró ‘quinta esencia’ (quintaesencias o aceites esenciales). Enfatizó la importancia de la destilación para la liberación de la parte más importante de una planta.  Por eso, aceites específicos o aceites esenciales como el cedro, canela, incienso, mirra, rosa, romero y salvia, se hicieron bien conocidos en el siglo XVI por los farmacéuticos.

                          

Uno de los factores de importancia del Renacimiento  es la apertura de nuevas rutas marítimas,  por las cuales, y gracias a la invención de la imprenta,  se puede difundir por escrito, parte de lo aprendido en ingredientes, usos, recetas y composiciones de aceites esenciales y fragancias.

Son unos siglos de avance con la mejora de las técnicas como las del enflorado o el alambique consiguiendo mejorar y popularizar el mundo de los aceites esenciales, ya sea en fragancias o ya buscando perfumes concretos. 

La mezcla de los aceites esenciales, mejorados por los avances en la destilación, sumado a la mejora en la destilación del alcohol, llevó a la aparición de los perfumistas, muy valorados en aquellos tiempos. 

La población europea solía utilizar sus fragancias o perfumes para disimular los malos olores . De costumbre se utilizaban para los guantes de piel y los cinturones u otros accesorios.  Grasse, una ciudad francesa, se convirtió en un lugar de éxito, pues allí se creaban los mejores guantes de piel de la mejor calidad, por la materia prima del territorio que allí se encontraba. Era la ciudad ideal para muchos perfumistas.

Durante los siglos XVII y XVIII en Francia,  en concreto en Versalles y las cortes francesas, los aceites esenciales, representados en los perfumes, consiguen su máxima popularidad.  En Francia, se vuelve costumbre (y de todo un lujo) perfumarse cada día  con un perfume diferente. Se extendió la costumbre de perfumar a las palomas durante las fiestas, para que éstas desprendieran las fragancias.

La ciudad de  Grasse continuó como lugar de excelencia para dedicarse a la profesión de perfumista o guantero . Los avances en las técnicas de extracción y destilación de los aceites esenciales, mejorar el grado de pureza del alcohol para la creación de perfumes más delicados y sofisticados, y la aparición de las primeras clasificaciones detalladas de las propiedades de los aromas y sus olores por parte de los botanistas y el estudio desarrollado de las ciencias naturales, permitió popularizar al máximo los perfumes, estando en pleno auge, ya hasta la actualidad. Montpellier y Grasse, estas 2 poblaciones franceses tiene extensas zonas de cultivo de algunas hierbas medicinales.

Paralelamente, en Oriente la calidad de la perfumería también se ve en auge.  Utilizan las hojas secas protectoras del pachuli para envolver las telas de seda , desprendiendo su olor sobre éstas, un toque que es valorado como sinónimo de calidad.

Estos ejemplos muestran que la utilización de plantas aromáticas y aceites esenciales con fines terapéuticos y espirituales ha sido parte integral de la mayoría de culturas mucho antes del siglo XXI.  La aromaterapia moderna se ha inspirado en estas prácticas ancestrales y en la comprensión de cómo los aromas pueden influir en el bienestar físico y mental.

Dejamos la perfumería y volvemos al Siglo XVII,  durante este periodo se usaban ampliamente hierbas medicinales en toda Europa, pero como también pasa hoy en día cuando algo funciona, aparecen los charlatanes desprestigiando a los aceites esenciales y plantas. Exactamente igual que ahora en muchos sectores, también en la Aromaterapia.

Por ello la medicina basada en hierbas empezó a perder el respeto de los médicos en la Europa continental, pero en cambio era la edad de oro de los grandes herboristas británicos, como Culpeper y Gerade. Nicholas Culpeper (1616 –1654) era botánico, herborista y médico,  que inspirado por reformadores médicos como Paracelso, rechazó a las autoridades médicas tradicionales. 

Culpeper publicó libros en inglés, dando a los sanadores que no podían leer el latín, acceso a conocimiento médico y farmacéutico. Culpeper pudo relacionar cientos de hierbas medicinales en su libro ‘’El Herbolario Completo’’ que fue publicado en 1653, aportando un gran repunte a la medicina con plantas medicinales.

                     
              

A causa del progreso hecho durante el proceso de destilación, muchos aceites esenciales se incluyeron en la ‘materia medica’ de los herboristas al tener ya más calidad y conocimiento de su utilidad.  La llamada herborización de las familias  se produjo porque en sus casas había un espacio, una habitación, donde se preparaban sus propias hierbas culinarias, principalmente por las mujeres, llegando a preparar sus propios medicamentos domésticos, vinagres, vinos y licores destilados. 

Hacia final del siglo XVII hubo una divergencia entre médicos y  alquimistas iniciando algunos caminos por separado. ¿Os suena?.  Se podría hacer una comparativa con la actualidad diciendo que los alquimistas son los químicos y farmacéuticos y los médicos, pues el sector más de medicina. 

Por desgracia, la revolución industrial en Bretaña, siglo XVIII,  vio la disminución de muchas técnicas antiguas, y el uso de hierbas y herborización no fue una excepción. Aparecieron los edificios y las ciudades industriales sin jardines ni espacios donde poder cultivar plantas aromáticas. Como consecuencia, se perdió la herborización en las casas y el consumo bajó.

El Enfoque Científico del Siglo XIX.  La primera prueba de laboratorio registrada  en los efectos antibacterianos de aceites esenciales se realizó en 1887. Esto inicialmente ocurrió cuando se anotaron que trabajadores manejando el procesamiento de flores y hierbas estaban libres de enfermedades respiratorias, a pesar de la difusión prolífica de tuberculosis.

Así que en 1887 Chamberland,  profesor francés, empezó la primera investigación científica sobre aceites esenciales y sus efectos en microorganismos, demostrando tener un gran poder antiséptico. Investigaciones adicionales fueron confirmando el poder de los aceites esenciales, por ejemplo las dirigidas por Cadac y Meunier. Las investigaciones confirmaron que aceites esenciales tenían la habilidad de matar a los microorganismos responsables de la fiebre glandular y la fiebre amarilla.

El desarrollo de nuevos procesos químicos hizo más fácil la extracción de aceites de las plantas pero a la vez, se crearon versiones sintéticas y más baratas de los componentes de los aceites esenciales. Y aquí empezó el desprestigio de lo natural en frente de lo químico por motivos comerciales y de fabricación.

En 1896, se empezó a aislar un compuesto químico activo de una planta y sintetizarlo para producción en masa, consiguiendo producción barata de cantidades grandes y uniformes. Se bajó mucho la calidad del producto porque las versiones sintéticas contenían muy pocas de las propiedades terapéuticas del original.

Así que los aceites esenciales se desmontaron molécula por molécula, teniendo geraniol, citronelol y eucaliptol, teniendo producto muy barato pero sin la efectividad que se esperaba, convirtiéndose en drogas sintéticas muy poderosas, principio de las drogas modernas de hoy en día. Se causaron unos efectos secundarios que necesitaron tratamiento. Como en la actualidad aceites esenciales 100% puros y naturales se sustituyen por sintéticos sin que el público lo pueda diferenciar.

Por desgracia, esencias naturales eran esencialmente excluidas de farmacopeas oficiales, con unas excepciones de aquellas con propiedades carminativas y agentes aromatizantes. Se intentó, como ahora, pasar todo lo auténtico natural a segundo plano.

Desde el final de la Revolución (1794), hasta el siglo XX, no se produjo ningún descubrimiento destacable en la historia de los aceites esenciales. Hasta el «desafortunado» accidente  del padre de la aromaterapia, René Maurice Gattefossé  en 1910. Pues fue quien se encargó de redescubrir los beneficios de los aceites esenciales para el Hombre.


y seguimos con la historia de...

Escuela Amaris Natural 

Junio 2023