Espuma en un jabón natural
Una de las peticiones más frecuentes de las personas que se acercan a conocer este producto es: Quiero que haga mucha espuma.
8 agosto, 2022 por
Soledad Álvarez
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Espuma en un jabón natural

Desde que me adentré en este arte de elaborar Jabón Natural una de las peticiones más frecuentes de las personas que se acercan a conocer este producto es: Quiero que haga mucha espuma.

Las industrias jaboneras se encargaron desde hace años de crear jabones, entre otras cosas, con exceso de tensioactivos y espumantes sintéticos que arraigaron la creencia entre las personas, de que lo que limpia del jabón es la espuma. 

La elaboración de un jabón, aunque se realice de manera artesanal, mantiene su fundamento en un proceso químico, donde todo tiene explicación y una razón de ser. 


Muchas alumnas me preguntan cómo conseguir que un jabón haga más espuma, y de esto elegí hablar en este espacio.

Hay varios factores que inciden en la espuma de un jabón, uno de los principales es el tipo de aceites que utilices en su fórmula.

Cuando elaboramos jabón lo que hacemos es mezclar un álcali con los aceites, en ese instante se produce la primera reacción que es conocida como Hidrólisis de las Grasas o lo que es lo mismo la separación de los triglicéridos separándose los ácidos grasos y el glicerol. Después de esto hay una segunda fase que es la conocida por saponificación, en la que el sodio de la sosa se adhiere a los ácidos grasos y forman el jabón. Mientras el hidróxido se une al glicerol para formar la glicerina.

Me voy a permitir el uso de un símil para que se entienda de manera visual. Imagínate un baile de parejas por colores, tenemos un grupo vestido de blanco y otro vestido de verde. Del grupo verde hay más cantidad, con lo que alguno quedará sin pareja. Tienen poco tiempo para iniciar acercamiento y elegir su pareja de baile por afinidad. Así que se van emparejando hasta que quedan libres solo algunos individuos del grupo verde. Los desparejados son nuestro SOBREENGRASADO, a estas alturas habrás entendido que los de blanco representan el SODIO y los Verdes a los ÁCIDOS GRASOS, en la realidad, hay unos ácidos grasos más afines a la sosa que se unen para hacer el jabón y dentro de éstos hay unos que tienen la cualidad de aportar esa característica a nuestros jabones, hacer más espuma burbujeante. 


Como regla general cuanto mayor índice de saponificación tiene una grasa mayor capacidad de conseguir espuma, lo que explica porque el coco es una de las grasas más usadas en las fórmulas para obtener valores altos de limpieza y mayor cantidad de burbujas. Por el contrario, los aceites como el de oliva tienen menor índice SAP, por lo que su espuma es más cremosa de mini burbujas, menos limpiante, más acondicionadora de la piel. 

En realidad, lo que sucede es que para saponificar la misma cantidad de aceite de coco se necesitan más moléculas de sodio por lo tanto hay más cantidad de jabón en igual peso.  

Aunque no siempre es así, porque la Rosa mosqueta tiene índice Saponificación alto y sin embargo no aporta espuma, de ahí que, aunque su nivel de burbujas es aceptable, no lo es la persistencia, ni la capacidad de limpieza. En cambio, la manteca de karité tiene índice Saponificación más bajo, sin embargo, tiene valores de burbujas similar al aceite de oliva, pero mucha más persistencia y una limpieza más que aceptable, por eso hemos de observar los ácidos grasos que componen cada aceite. 

Los ácidos grasos saturados Láurico, Mirístico y Caprílico son los que más espuma aportan a un jabón, dentro de los insaturados tenemos el ácido oleico, por lo tanto, la inclusión de aceites con estos ácidos grasos en su composición, aportarán esta cualidad.

Hay ingredientes que usados en nuestros jabones pueden intervenir en el tipo de espuma del jabón sin ser ácidos grasos, como el alcohol, la cerveza o el azúcar. Este último, además de actúa en la tensión superficial del agua que hace que la burbuja sea más elástica y resistente, también consigue mayor cantidad espuma.

Hay otras circunstancias que influyen en la formación de la espuma y que debemos tener en cuenta a la hora de formular un jabón que guarda relación con la calidad del agua. Sabemos que cuando frotamos la pastilla de jabón en contacto con el agua es cuando generalmente se produce la espuma. Las moléculas de jabón tienen dos partes una liposoluble (cola hidrófoba) y otra parte más afín al agua (cabeza hidrófila). La primera es la que atrae y encapsula la suciedad. La segunda es la que nos interesa en el caso de la espuma, porque dependiendo de la dureza del agua si es dura o blanda hará más o menos.

Un agua dura es rica en minerales entre las que se encuentran el magnesio y el calcio. ¿Cómo afecta a la espuma? Ahí entra la parte hidrófila de la molécula de jabón que sienten atracción hacia los iones de calcio y magnesio, que se juntan impidiendo la formación de micelas y de la espuma hasta que saturan los iones de esas sales. Para comprobar esto último te propongo un ejercicio, toma una pastilla de tu jabón y fricciona en agua salada o agua de mar; hazlo también con un agua desmineralizada o agua de lluvia, observa el resultado y si quieres compártelo en los comentarios.

Esto significa que, en un agua dura rica en sales minerales, necesitas mayor cantidad de jabón para conseguir que se formen las micelas y cumpla su función de limpiar y arrastrar la suciedad, lo que hará que las pastillas se gasten antes, es decir son más solubles.

La temperatura del agua, el uso de guantes, esponjas, bolsas específicas …también pueden provocar mayor espuma de burbuja más grande. Por el contrario, el uso de sal, arcillas y otros aditivos pueden reducir la capacidad de espuma en un jabón…


Como ves son muchas las causas por las que un jabón hace más o menos espuma. A partir de ahora ya puedes formular de acuerdo con el uso que quieras dar a tu jabón, al tipo de agua de tu zona y a las necesidades de tu piel, que es el motivo principal de elaborar jabones cosméticos naturales. 

Deberás indagar en la composición de tus aceites vegetales o mantecas, y vigilar los valores que arroja tu fórmula al pasarla por una calculadora de saponificación, sobre todo en lo referente a espuma/limpieza/persistencia.

Recuerda que algunos aceites como el ricino, usado de base, actúan sobre la tensión superficial haciendo que la espuma sea más estable y la burbuja más grande. 

En definitiva, si lo que buscas es hacer la fiesta de la espuma en la ducha con burbujas grandes y elásticas, tendrás que invitar al aceite de coco que es el ingrediente estrella. Sin embargo, para el cuidado diario cuando lo que quieres es limpiar tu piel al tiempo que la nutres e hidratas, una espuma más cremosa se convierte en tu aliada.

A partir de ahora eeres tú quien decides la calidad de la espuma en tu jabón, teniendo en cuenta el agua de tu zona y sobre todo formulando con los aceites vegetales que contengan los ácidos grasos que mejor convengan o se adapten a tus necesidades. Siempre podrás usar algún aditivo de los mencionados para subir los niveles de espuma y la calidad de esta… recordando que espuma no es sinónimo de limpieza.

Si quieres aprender a realizar jabones naturales te invito a conocer Mímate Un jabón Esencial, un taller de formación Online donde podrás aprender desde cero todo lo que necesitas para elaborar tus propios jabones naturales.

Soledad Álvarez
Profesora de Jabones naturales en Amaris Natural

Soledad Álvarez
8 agosto, 2022
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