Hace una semana, durante un viaje con mi marido, vivimos una experiencia que me recordó cuán importante es escuchar al cuerpo y actuar con rapidez cuando da señales de alerta. Él, que ya tiene antecedentes de mala circulación, sufrió un episodio de dermatitis por estasis venosa tras haber utilizado una rodillera para estabilizar una luxación, caminar bajo un calor intenso durante horas y mantener la pierna comprimida sin descanso.
Al llegar al alojamiento, el camarote del barco (estábamos haciendo un crucero), su pierna estaba visiblemente inflamada, enrojecida y con signos de congestión: una combinación clara de retención de líquidos, irritación cutánea y comienzo de alteraciones dérmicas por estasis. Fue el punto de partida para un tratamiento inmediato de aromaterapia terapéutica, adaptada a la situación.
Este episodio me llevó a reflexionar sobre lo poco que se habla de esta afección —la dermatitis por estasis—, y sobre cómo la aromaterapia bien aplicada puede convertirse en una herramienta maravillosa de apoyo.
Porque la piel no solo protege, también habla. Y a veces, grita.
¿Qué provocó la lesión?
Durante unos días de viaje intenso, mi marido, que tiene antecedentes de insuficiencia venosa y tendencia a la congestión circulatoria en miembros inferiores, sufrió una luxación leve en la rodilla. Para estabilizarla, utilizó una rodillera compresiva. A esto se sumaron otros factores agravante
- Altas temperaturas (más de 30 °C) durante el día.
- Muchas horas caminando sin descanso suficiente.
- Postura prolongada en bipedestación durante las visitas culturales.
- Hidratación limitada.
Al llegar al alojamiento por la tarde, observamos que la pierna estaba:
- Notablemente congestionada, con edema difuso.
- Enrojecida, con zonas localizadas de picor y calor.
- Con signos de descamación leve y sensibilidad aumentada.
Dado su historial, la compresión continua de la rodillera, el calor y la sobrecarga física provocaron un estancamiento del retorno venoso, dando lugar a un cuadro de dermatitis por estasis en desarrollo.
Esta situación no solo encendió mis alarmas, sino que me permitió aplicar, de forma inmediata, un enfoque terapéutico mixto: reposo, elevación, hidratación y uso específico de aceites esenciales con propiedades venotónicas, antiinflamatorias y regeneradoras. Teniendo en cuenta que estábamos de viaje, di gracias de llevar mi botiquín de Aceites esenciales.
Tratamiento natural aplicado (con enfoque aromaterapéutico)
Ante la aparición de los síntomas de dermatitis por estasis (enrojecimiento, calor local, picor, edema leve y congestión venosa), decidí aplicar un protocolo natural de emergencia con los productos que teníamos a mano en nuestro botiquín de viaje aromaterapéutico y con ayuda inicialmente de una crema base hidratante (que fue fue lo que pude encontrar en la "tienda" del barco) suficiente para poder aplicar los aceites esenciales las primeras horas. Al día siguiente bajamos a puerto y encontré una pequeña tienda que vendían algunos aceites y compré un macerado de Helicrisum que lo hacían ellos mismos, con base de aceite de jojoba y aceite de almendra. Así que a partir de las primeras 12 horas pude cambiar de vehículo de los Aceites esenciales, dejando la crema y sustituyéndola por el macerado (oleato).
1. Macerado oleoso de Siempreviva (Helichrysum italicum): Aplicado como base vehicular para el tratamiento tópico.
Este macerado es conocido por su potente efecto antihematoma, antiinflamatorio y vasoprotector.
Lo utilicé para realizar un masaje drenante muy suave, siempre en sentido ascendente, evitando presionar la zona inflamada.
Le proporcionó alivio inmediato del ardor y la sensación de calor, mejorando visiblemente el tono de la piel en pocas horas.
2. Aceite esencial de Siempreviva (Helichrysum italicum): Aplicado diluido (2 gota en una cucharadita del mismo macerado).
Su acción es flebotónica, antiinflamatoria profunda y regeneradora de tejidos.
La presencia de italidionas ayuda a reabsorber pequeños hematomas subcutáneos y prevenir la formación de fibrosis.
3. Aceite esencial de Copaiba (Copaifera officinalis): Reconocido por su efecto antinflamatorio sistémico, analgésico y calmante cutáneo gracias al β-cariofileno.
Lo apliqué diluido junto al anterior (4 gota) para complementar el efecto antiinflamatorio profundo y aliviar el prurito.
Además, su acción neurocalmante ayudó a reducir la irritación local y a mejorar el descanso nocturno, lo cual es clave en procesos de inflamación crónica.
Resultado en 24 horas:
Resultado en 48 horas:

Se puede observar:
- Reducción visible del enrojecimiento y del edema.
- Desaparición del picor y de la sensación de ardor.
- Mejora del confort general y restauración progresiva de la piel.
Prevención de la dermatitis por estasis en viajes: Enfoque natural y aromaterapéutico
Durante los viajes, especialmente con altas temperaturas o largos períodos de caminata, es fundamental anticiparse al riesgo de congestión venosa, sobre todo en personas con antecedentes circulatorios. En mi caso, tomo nota, para poder incorporar elementos a nuestro botiquín de viaje, siempre que mi pareja me acompañe. Como puedes ver, sigo aprendiendo cada día, la aromaterapia no tiene fin ;)
Aquí te dejo estrategias eficaces combinando prevención tradicional y recursos de aromaterapia:
- Elevar las piernas al final del día, incluso brevemente, mejora el retorno venoso.
Aromaterapia preventiva: protocolo diario en viajes
1. Gel o aceite venotónico diario (mañana y noche)
Fórmula recomendada (para 100 ml):
- 50 ml de macerado de siempreviva
- 30 ml de aceite vegetal de calófilo (Circulación – flebotónico)
- 20 ml de gel de aloe vera natural (refrescante y calmante)
- 20 gotas de Ae de ciprés (Cupressus sempervirens) → tonificante venoso
- 15 gotas de Ae de siempreviva (Helichrysum italicum) → antiinflamatorio
- 10 gotas de Ae de menta piperita (Mentha x piperita) → refrescante, analgésico
Aplicar con masaje suave ascendente, mañana y noche. En caso de calor extremo, guardar en la nevera si es posible.
Revisión del botiquín aromático de viaje para circulación
Este caso nos recuerda algo esencia:
El cuerpo habla, incluso cuando estamos de vacaciones, y los aceites esenciales pueden ser aliados silenciosos, pero potentes, si sabemos escucharlo a tiempo.
La dermatitis por estasis venosa es una condición seria, que puede evolucionar hacia úlceras o infecciones si no se atiende. En este episodio, el uso de recursos naturales y aromaterapéuticos disponibles en el botiquín de viaje marcó la diferencia:
- Disminución de la inflamación y del dolor en pocas horas.
- Evitar el agravamiento de la lesión, que de otro modo hubiera requerido atención médica urgente.
- Conexión consciente con el cuerpo, permitiendo descanso, observación y autocuidado.
Reflexión final
Este tipo de experiencias realza el valor de tener un botiquín físico y emocional bien pensado, con aceites y preparados versátiles, seguros y efectivos.
¿Qué nos llevamos de este caso?
- Que la prevención es tan importante como el tratamiento.
- Que un aceite como la siempreviva, que parece pequeño, puede ser una joya terapéutica.
- Que la observación del entorno, el cuerpo y la emoción nos guía hacia la solución adecuada.
- Que si no se pone remedio esto no será la primera vez que ocurra, por lo que desde nuestra llegada a casa ya hemos empezado con un tratamiento naturopatico de mejora de la circulación, del drenaje y de la piel.
Este episodio no solo fue un caso clínico, fue un recordatorio de que el bienestar también se cultiva en movimiento, incluso en medio de un viaje.
A veces, una caminata bajo el sol, una prenda ajustada o una rodillera pueden desencadenar una respuesta corporal inesperada. Pero tener conocimientos, recursos naturales y una actitud consciente hace toda la diferencia.
El cuerpo de mi marido habló a través de su piel. Y la aromaterapia —esa medicina sutil que combina ciencia, intuición y naturaleza— respondió.
A veces solo hace falta parar, observar, y aplicar lo esencial.
Un abrazo aromático
Eva Ruth González García